Libertad, La Historia Que Podemos Seguir Escribiendo Juntos por Kiara Chigne Gonzáles (I.E.82538)
- Somos Bicentenario
- 18 nov 2020
- 7 Min. de lectura
¿Cuán importante puede ser la historia para cada una de las personas? ¿Cómo influye en nosotros y cómo influimos nosotros en ella? Desde que tenemos uso de razón nos hemos familiarizado con este término, sencillamente porque desde que somos muy pequeños hemos aprendido sobre cosas del pasado, sí, de nuestro pasado. Iniciando por hechos concretos, hasta valiosas reliquias, todo ello forma parte de una historia; incluso se puede decir que esta está estrechamente vinculada a cada individuo, hay una detrás de cada vida, de cada familia o de cada población. Y tomando en cuenta ello es lógico pensar que describirla va mucho más allá de un concepto que se pueda encontrar en un diccionario. Porque no solo es una ciencia, una asignatura o el equivalente de un pasado distante, la historia es un sentimiento que agrupa a un sinnúmero de personas y las une mediante lazos de confraternidad, respeto o cualquier otro valor positivo que podamos imaginar.
Y en base a lo expuesto anteriormente sería muy difícil el definir cuan orgulloso se siente cada liberteño y liberteña teniendo como parte de su identidad a la historia que representa su región o cuanta dicha me embarga al ser reconocida como hija de esta magna tierra e integrante, a la vez, de su gran familia. Hoy, a tan poco tiempo de celebrar los doscientos años de nuestro primer grito de libertad, retratar un hecho tan importante en un escrito es, quizá, la mejor manera de homenajear a mi región y de, especialmente, demostrar cuan significativa es para mí. Es así que el presente ensayo, enfocado de forma explícita a representar nuestra historia en el marco de la gesta libertadora, busca expresar la importancia de un Bicentenario no solo en el sentir de su población, sino también de la nación en general.
Para contarla, nos remontaremos a los meses previos a la independencia, dos siglos en el pasado. Técnicamente todo el país aún seguía bajo el influjo español, ninguna ciudad hasta el momento había completado el proceso necesario para su emancipación y ningún acto de rebelión anticolonial había terminado en un resultado alentador. El territorio que hoy ocupa La Libertad formaba parte de la Intendencia de Trujillo, creada en el año de 1784, misma que le otorgó a esta gran ciudad norteña el honor de ser la capital de todo el gran espacio que abarcaba, con ocho partidos o provincias que agrupaban casi toda la zona norte de la nación, (Trujillo, Piura, Chachapoyas, Chota, Cajamarca, Lambayeque, Huamachuco y Pataz o Cajamarquilla) ello asociado a sus aproximadamente 230 mil habitantes que para ese entonces, concentraban la mayor parte de la población peruana. Vale destacar que, durante casi todo este periodo, Trujillo fue considerada, después de Lima, como la ciudad más importante y leal a la Corona, puesto que no solo había declarado su total fidelidad al monarca, rechazando, evitando y frenando cualquier movimiento liberal que surgiese, sino que además formaba parte de una de las más destacadas zonas socioeconómicas, gracias a su influencia y gran cantidad de recursos; mismos que potenciaron su comercio y llevaron a toda la Intendencia a ser uno de los centros de producción más importantes para el virreinato, con diversas actividades económicas entre las que destacan la agricultura, ganadería y minería. Razones que le permitieron gozar de los privilegios más generosos que un rey puede conferir a una urbe. En tal sentido, lo que sucedería ese 29 de diciembre de 1820 fue un cambio imprevisible y radical, uno que ahora todos agradecemos profundamente.
Para este tiempo muchos otros países vecinos habían iniciado ya con las revoluciones, las personas de ese entonces ya no aceptaban más estar bajo la sombra de una monarquía. Ello altamente vinculado a un hecho que, para muchos historiadores, marcó el fin del apoyo sudamericano a sus opresores, es decir, la causa principal de todo el movimiento revolucionario que caracterizó a esa época: La crisis política que se vivía en España por la invasión de los franceses a cargo de Napoleón y la posterior asignación de su hermano José Bonaparte, el conocido “Pepe Botella”, en el cargo más importante de este imperio europeo durante junio de 1808 marcó un punto muy transcendental para este país. Pero, ¿Qué relación tiene este suceso con el virreinato de los países sudamericanos? Pues es una historia aún muy larga, la población se enteró de todo el problema que acontecía, así en muchos comenzó a surgir la duda sobre el gobierno, con el rey de España ahora apresado ¿Quién los estaba comandando? Después de una serie de decisiones y propuestas, el 22 de enero de 1809, la Junta Central española invitó a las jurisdicciones americanas a participar de las Cortes, cuyo objetivo era básicamente, legitimar una monarquía parlamentaria que se proyectaba a la redacción de una constitución liberal; con ello muchos sectores de la población veían la oportunidad de unas condiciones más justas y equitativas dentro del ambiente colonial, así también, esto sirvió de estímulo para que la nobleza trujillana afianzara su fidelidad a la monarquía. No obstante, con el retorno de Fernando VII en 1814, todo aquello fue reducido a nada; y la profunda decepción de las personas rápidamente se convirtió en el deseo de liberarse del gobierno absolutista; en el caso particular de Perú, la sociedad aún no se encontraba preparada para ver siquiera la opción de luchar por la causa independentista, existía mucho temor de por medio, una libertad ligada a una total incertidumbre sobre el futuro que les depararía, y eso de cierta forma influyó para que muchas revoluciones no logren concretarse en un triunfo en sí mismas. Nuestra nación, a pesar de todo, seguía apoyando a España.
Pasaron los años, y no fue hasta 1820 que una serie de sucesos culminarían por darnos aquella libertad que tanto necesitábamos, era el momento de actuar para la zona norte del país, era nuestro momento de luchar por la patria. En agosto del mismo año se designa al criollo José Bernardo de Tagle y Portocarrero, nobiliariamente IV marqués de Torre Tagle, un acto que muchos consideran como el peor error del virrey del Perú puesto que esta misma decisión fue la que finalmente determinó el destino de nuestra región.
Tagle, quien en un inicio obviamente apoyaba la monarquía, terminó por ser uno de los principales personajes de la Independencia norteña, todo gracias a una carta firmada en noviembre de 1820, nada más y nada menos que por el mismo José de San Martín, donde declaraba, en términos paladinos su intención de emancipar el territorio, “para propender a una unión entre nosotros, que me parece puede efectuarse salvando el honor y los compromisos públicos de V., y consultando los intereses y la felicidad de esos dignos habitantes”, estas palabras lograron que el intendente termine por unirse y apoyar al movimiento Libertador.
Así, en tan solo cuestión de pocos días, con Torre Tagle al comando de casi toda la población norteña, la independencia ya era prácticamente un hecho, pero para que se logre concretar verdaderamente de forma más fácil y rápida se necesitaba del compromiso de todos, mismo que finalmente se dio, superando cualquier expectativa impuesta. Los norteños estaban listos para el cambio, dispuestos a luchar por la justicia y por la libertad. Así, después de una serie de hechos que involucraban delaciones y estrategias; Trujillo desde el 22 de diciembre de 1820 se encontraba libre del poder realista, al tener expulsado o en custodia a sus opositores, era cuestión de organizar, por fin, la ceremonia más importante en nuestra historia como pobladores liberteños. Un glorioso 29 de diciembre de 1820 en horas de la tarde, y con todo el pueblo invitado se promulgaron, en manos de Torre Tagle, las siguientes palabras: "Pueblo mío. Acabamos de proclamar y jurar la independencia de Trujillo. Desde este momento y por la voluntad unánime del pueblo, Trujillo es libre ... Pongo nuestro destino y el del pueblo bajo la protección del cielo. ¡Viva la patria ¡Viva la independencia!" No solo constituían una frase, no solo formaban parte de un discurso; todas y cada una de las palabras mencionadas fueron las bases de un nuevo compromiso, del pueblo y para el pueblo; la libertad estaba consolidada, de hecho, el primer izamiento de una bandera peruana se dio en Trujillo, pero ejercerla era ahora el nuevo reto que se debía asumir. Todo con el propósito de compartirla con el territorio peruano en general, lo cual, como sabemos, finalmente sucedió, convirtiéndonos en la República que ahora conocemos, y, además, asegurando la emancipación del yugo español en Hispanoamérica.
Posteriormente, y con el inicio de esta nueva etapa para el Perú, la conocida intendencia se desintegró. El 12 de febrero de 1821 por acción de José de San Martín se dispuso la creación del Departamento de Trujillo. El año siguiente, se le otorga el título de "Ciudad Benemérita Y Fidelísima A La Patria". Después de ello, un decreto del 9 de marzo de 1825 cambia el nombre de la ciudad por el de Bolívar y el Departamento por La Libertad, esto debido a lo que demostró su población durante toda la lucha por la emancipación y que fue crucial en muchos aspectos para lograrnos establecer como una nación independiente, tal y como el mismo San Martín hizo notar con las siguientes palabras: "[…] Si no se levanta Trujillo, hubiera tenido que reembarcarme para Chile sin saber cuáles habrían sido las consecuencias para los patriotas y la independencia del Perú […]". Tiempo después, por ley del 21 de julio de 1827, se restituyó el nombre de Trujillo a la ciudad luego de la retirada de Simón Bolívar del Perú. Cambio que perdura hasta la actualidad.
Y así fue como toda una población, que en un inicio rechazaba totalmente la idea de libertad, terminó encarnándola y adoptando su concepto como parte de la identidad que hoy nos caracteriza; tal vez no hubo guerras que rememorar ni sangre derramada en campos de batalla, pero existió compromiso y voluntad de ver un mejor futuro para el Perú, y ello es el hecho más importante que podría destacar en esta historia, la historia no solo de una región, de un país en general, que guarda mucho más de lo que creemos. Próximos a conmemorar dos siglos de independencia, donde el contexto no es el que nosotros quisiéramos, tengamos presente como estudiantes, como ciudadanos, como liberteños y como peruanos que lo mejor que podemos hacer por nuestra tierra es aportar al cambio, liberarnos de las cadenas que hoy nos atan y que tanto dañan a la sociedad, cadenas invisibles que representan problemas que vemos a diario y que podemos solucionar si estamos unidos. Recordemos que todos y cada uno de nosotros somos parte de una historia con 200 años de libertad, una historia que a pesar del tiempo nos sigue brindando infinidad de aprendizajes nuevos, una historia que aún no se ha sellado y que podemos seguir escribiendo juntos…porque hoy más que nunca ¡Somos Bicentenario!
Referencias bibliográficas
Trujillo Bicentenario (2019). Trujillo en la independencia del norte. Recuperado de: https://trujillobicentenario.org/349/trujillo-en-la-independencia-del-norte/ (Fecha de consulta: 18/10/2020).
Wikipedia, la enciclopedia libre (2020). Independencia de Trujillo. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Independencia_de_Trujillo (Fecha de consulta: 19/10/2020).
Wikipedia, la enciclopedia libre (2020). Departamento de La Libertad. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Departamento_de_La_Libertad (Fecha de consulta: 19/10/2020).
Wikipedia, la enciclopedia libre (2020). Intendencia de Trujillo. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Intendencia_de_Trujillo#Intendentes (Fecha de consulta: 19/10/2020).
TrujilloPeru.co. Breve reseña histórica de Trujillo región La Libertad Perú. Recuperado de : http://www.trujilloperu.com/datos-generales/historia.html (Fecha de consulta: 20/10/2020).
HISTORIA DE LA CIUDAD DE TRUJILLO PERÚ(2008). Recuperado de : http://historiatrujillana.blogspot.com/2008/12/primera-ciudad-peruana-en.html (Fecha de consulta: 20/10/2020).

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