La Libertad: Ejemplo de valores y patriotismo por Keytty Vargas Quispe (I.E.82543–Pampas de Chepate)
- Somos Bicentenario
- 18 nov 2020
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“Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”, es una frase que se atribuye a demasiados personajes históricos como para saber quién fue el primero que, de verdad, la dijo. Lo cierto es que la historia nos ha enseñado que si no nos interesamos en conocer los hechos pasados, difícilmente podemos comprender y valorar el presente y, a la vez, proyectarnos con sabiduría hacia el futuro.
El próximo 29 de diciembre se cumplen 200 años (Bicentenario) de que el Marqués de Torre Tagle proclamara "La Independencia de Trujillo y todo su distrito". Ante este importante hecho histórico, me pregunto ¿Qué podemos aprender de la gesta libertadora de nuestra región para convertirnos en mejores liberteños y peruanos?
En el presente ensayo trataré de exponer algunas respuestas a la pregunta planteada, de tal manera que podamos comprender el rol histórico del pueblo de Trujillo y sus hombres que envalentonados dieron el grito de libertad en el norte del país; lo cual constituyó uno de los primeros pasos decisivos para lograr la tan anhelada independencia del Perú.
Llegado el día más cívico de Trujillo, el histórico 29 de diciembre de 1820, a las 14 horas, toda la asamblea popular se encontraba en la Plaza Mayor y en la Sala Consistorial estaban reunidos los dignatarios del poder político y militar, así como los más notables de la ciudad. Además del intendente Marqués de Torre Tagle y del alcalde Marqués de Bellavista (Juan Manuel Cavero y Muños), también se encontraban Luis José de Orbegoso y Moncada (futuro presidente), Juan Andueza, José María Lizarzaburu, Manuel José de Castro, Jerónimo de La Torre, los hermanos Juan José y Alejo Martínez de Pinillos, José de la Puente y Arce, Miguel Tinoco y Merino, Juan Bautista Luna Victoria, entre otros (Chávez, 2019).
Como vemos, un sinnúmero de personajes, cuyos nombres están presentes tanto en la historia regional como nacional, de los cuales podemos aprender a valorar su capacidad de entrega por la libertad de nuestro pueblo. Libertad, uno de los más importantes valores y derechos que dignifica la vida de las personas.
Rebaza refirió que abierta la sesión, el intendente pronunció un breve discurso y luego leyó parte de la correspondencia de San Martín, en la que ofrecía su apoyo militar. Estas palabras fueron magnamente recibidas por la concurrencia que, convencida de la relevancia y compromiso que significaba luchar por la autodeterminación de los pueblos, por unanimidad se procedió a proclamar y jurar la Independencia de Trujillo. Con estas prescripciones, se consignó la respectiva Acta (Chávez, 2019).
Todos nosotros los liberteños somos los herederos de las virtudes cívicas de aquellos que tuvieron el valor moral de dar el ejemplo a los demás pueblos del Perú para hacer su declaración pública de “libertad” y mantener su independencia. Aun cuando los españoles estaban fuertes y temibles, dominando nuestro territorio peruano, La Libertad constituyó un acto de valor y virtud ciudadana que afianzó la acción del ejército patriota.
Por tan laudable conducta nuestra región recibió la nominación de “Departamento de La Libertad”, que a mi parecer este nombre constituyó un justo y reconocido homenaje, debido a que tuvimos decisiva participación en la independencia de nuestro país colaborando y apoyando con bienes y servicios, según refieren las investigaciones que aluden a nuestros antepasados. Por lo tanto, nuestro departamento da el ejemplo al resto del territorio peruano, demostrando así valores como la solidaridad, colaboración, amabilidad, valentía y amor por la patria.
Uno de nuestros personajes digno de imitar por su valerosa participación en la proclamación de la independencia de Trujillo es Luis José de Orbegoso que ante el llamado por el Comandante Militar de Trujillo para el acuartelamiento inmediato de las Tropas, se puso a disposición del regimiento de caballería para la defensa de la ciudad; debido a que en diciembre de 1819, la expedición de Lord Thomas Cochrane arrasó la villa de Santa y puerto de Nepeña.
Luego de la proclama de la independencia de Trujillo en 1820, el partido de los liberales trujillanos agregó a sus filas a don Luis José de Orbegoso, educado en el Real Colegio de San Carlos donde se supone fue influenciado por las ideas liberales impartidas por su rector, el memorable don Toribio Rodríguez de Mendoza. En efecto, cuando años más Orbegoso escribió sus memorias, señaló que fue un liberal y romántico convicto, y que el día designado para proclamar la independencia, vestido con uniforme de capitán del regimiento de caballería, fue uno de los vecinos principales que desde los balcones del cabildo acompañó al marqués de Torre Tagle en el memorable acto que tanto repercutió en el desarrollo de los acontecimientos (Díaz, 2020).
Es realmente admirable y conmovedor saber que Trujillo, capital de la Intendencia del mismo nombre (que comprendía los actuales departamentos de Tumbes, Piura, Amazonas, Cajamarca, Lambayeque y La Libertad) proclamó su independencia desde “adentro”, es decir, sin la presencia del ejército libertador y apoyado de un gran sector del pueblo trujillano. Estos últimos, manifestando una suerte de descontento que incide en su adhesión y participación a la independencia, no solo asistieron al acto público de la proclamación, sino que también contribuyeron económicamente a las independencias de Trujillo y el Perú. Al respecto, Dieguez (2020) escribe: “Con justa razón, el departamento de Trujillo (denominado así a partir del reglamento provisorio del 12 de febrero de 1821) contribuyó de manera económica y militar a los ejércitos libertadores liderados tanto por José de San Martín como por Simón Bolívar. Los sectores de poder de Trujillo y el común de los pueblos (indios y mixtos) se desprendieron de forma voluntaria pero también de manera forzosa de dinero, animales, especies y mano para los ejércitos patriotas. Entre estos figuran los pueblos de indios de Huamachuco, Virú, Laredo, Simbal, Santiago de Cao; pero también donaciones individuales de los pequeños propietarios”.
Cabe recalcar que la sociedad trujillana pudo contar el suficiente poder económico para, además de continuar comerciando sus productos, brindar su apoyo a los diversos ejércitos que albergaron en sus empresas ubicadas en los valles de la ciudad. Fue sumamente importante y oportuno el rol de apoyo por los hacendados en los valles Chicama y Virú con sus recursos y haciendas, que por motivo de ubicarse en zonas geográficas y de tránsito estratégico acogieron a los diversos batallones de tropas que luchaban por la consolidación de la Independencia.
El historiador Quesada (2020) expresa el apoyo del pueblo trujillano a la causa independentista, así: “En este sentido, la provincia de Trujillo habiendo proclamado su independencia el 29 de diciembre de 1820 por su Intendente José Bernardo Torre Tagle, como temprana expresión de apoyar la libertad del país, participó de manera activa teniendo como respaldo su poder político, económico y social”.
Claro ejemplo del apoyo brindado se evidencia en la sostenibilidad de los recursos necesarios para la atención de los soldados y mantenimiento de la hacienda se lograron en parte por el apoyo del arrendatario de la hacienda don José Joaquín Gastaburú y demás habitantes del Valle, quienes entregaron al cuartel, en diversas ocasiones, ganado vacuno, carneros, mulas, caballos y esclavos (Quesada, 2020).
Chigne (2020) resalta una frase de Alfredo Valdivieso a propósito del apoyo de los trujillanos, en la que afirma: Trujillo no sólo se convirtió en epicentro de la acción libertadora sino en ‘arsenal inagotable’, en cuartel general, en emporio de riqueza y de recursos, en subvencionadora de soldados con sed de triunfo y con fe en los éxitos de las Campañas finales contra los realistas. De Trujillo iban a llegar los alimentos que necesitaban los soldados de la libertad. Y de Trujillo iban a ser importadas las armas desde el Caribe y llegadas al Perú, también a través de puertos trujillanos.
Desde el 29 de diciembre de 1820 hasta el año 1824, la ciudad de Trujillo fue el eje de las operaciones político-militares para concretizar la independencia del Perú. La riqueza natural de sus valles costeños y andinos fue de mucha importancia para lograr las victorias finales de la lucha por la libertad. Su larga trayectoria política jugó a favor de la ciudad, pues estaba destinada a ser el epicentro arrollador de los realistas (Chigne,2020).
Nos encontramos en un contexto difícil, tanto económico, político, social y sanitario generado por la pandemia de la COVID-19; en la que nuestro comportamiento debería demostrar valores de amor, solidaridad, empatía y unión para hacerla frente tal como la herencia que nos dejaron nuestros antepasados que lucharon por la independencia de Trujillo y porqué no decirlo de nuestro país. Como liberteños, cada vez que celebremos nuestro aniversario patrio jamás debemos olvidar la determinación que tuvieron aquellos hombres que se unieron para dar el grito de libertad de nuestro Trujillo y así conseguir, unos meses después la independencia del Perú. Estamos a poco menos de un mes para celebrar con mucho orgullo y con la frente en alto el Bicentenario de la Independencia de Trujillo, en la que no podremos estrechar nuestros brazos como un saludo fraterno, pero que llenaremos de gozo nuestros corazones por vivir en libertad. Sigamos cada día haciendo patria, con cada acción hacia nosotros mismos y hacia nuestro prójimo. Como personas o gobernantes busquemos siempre el bien común, y como dijo nuestro gran poeta liberteño César Vallejo: “Hay, hermanos, muchísimo que hacer".
BIBLIOGRAFÍA:
Chávez, J. (2019). "Trujillo en la Independencia del Norte" en Bicentenario de Trujillo - Perú, 12 diciembre 2019, disponible en: https://trujillobicentenario.org/349/trujillo-en-la-independencia-del-norte/.
Dieguez, v. (2020) Trujillo en el Centenario y el Bicentenario de su Independencia. Trujillo.
San Martín, F. & Dieguez, V. (2020) Trujillo Capital de la Independencia del Perú. Editora Grafica Real S.A.C. Trujillo.

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