200 años de La Libertad peruana por Evelyn Corro Mantilla (I.E. Almirante Miguel Grau Seminario)
- Somos Bicentenario
- 18 nov 2020
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“200 años de La Libertad peruana: notas sobre la proclamación de independencia de Trujillo en el camino de la emancipación Nacional”
Ad portas de celebrar el bicentenario de nuestra independencia, es menester conocer y comprender la mentalidad, cultura e intereses de los principales gestores sociales en la lucha por la libertad del país. Sin embargo, es necesario reconocer el rol que tuvieron las diferentes agentes dentro de la corriente libertaria ¿Será nuestra región la misma de hace 200 años? ¿Fue fácil digerir la idea independista teniendo como modelo el terror y los fracasos que traían consigo las revoluciones y gestas de los siglos anteriores? Para tener un panorama más exacto y una idea general sobre el papel de nuestro departamento en la corriente libertadora, es necesario tender unas líneas para ahondar, en la medida de lo posible, en el rol determinante de La Libertad tanto político, económico y militarmente en el proceso de la Independencia del Perú Para comprender el rol de La Libertad en el proceso de Independencia, tendríamos que reconocer que el departamento actual no es la intendencia del siglo XIX. En principio, el nombre actual de nuestro departamento es un término que recién se acuñó en 1825, cuando Simón Bolívar dispuso en el Congreso Constituyente de ese mismo año que a la intendencia de Trujillo se le denomine “La Libertad”, ya que, según sus propias palabras, Trujillo le había regalado la independencia al Perú. Este pensamiento no solo lo tenía Bolívar, sino también José de San Martín, quien señaló alguna vez que “Si Trujillo no declaraba su independencia hubiésemos tenido que emprender una amarga retirada”. En suma, el norte del Perú le brindó a los libertadores un ambiente idóneo para desarrollar la causa patriótica, pues los ideales políticos de los principales líderes de nuestra región fueron unos de los pocos que se complementaban con el espíritu independista de San Martín y Bolívar.
Por otro lado, lo que hoy conocemos como departamento de La Libertad antes era una intendencia que abarcaba, territorial y políticamente, los corregimientos y las provincias de las actuales Cajamarca, Lambayeque, Piura, Santa, Amazonas y Tumbes. Estos corregimientos le interesan a San Martín debido a la abundancia de recursos naturales y económicos que ofrecía la zona, lo que le sirvió años después para reabastecer a su ejército y obtener el control agropecuario y comercial de los circuitos neurálgicos que suponían las actividades socio-económicas en el norte del virreinato del Perú a inicios del siglo XIX. Trujillo era, entonces, el punto fuerte de la zona del país y, por ende, San Martín centró toda su atención en conseguir dominarlo. Tanto fue la supremacía de la región, que posteriormente ejerció un papel económico determinante en la lucha por la libertad, pues las relaciones comerciales de los liberteños en El Caribe y su comercio a grandes distancias con otros virreinatos, impulsaron acciones que entretejían intereses de libertad, política y realización mercantil. En otras palabras, la independencia les suponía un mundo de oportunidades por el que estuvieron dispuestos a arriesgarse.
Ahora bien, ¿fue fácil para todos los liberteños digerir el espíritu libertador a pesar de los devastadores precedentes que por sí misma contaba nuestra historia? Pues no, solo la élite comercial y política estuvo dispuesta a apoyar el objetivo de los libertadores, pero, pese a los esfuerzos de la histografía tradicional de omitir estos hechos de nuestra historia, se nos muestra que existió una gran resistencia realista en la sierra y en la selva liberteña, principalmente en Otuzco y Chachapoyas. Ante estos rechazos a la causa libertadora, San Martín envía desde Huaura una carta al marqués de Torre Tagle, intendente de Trujillo, para que declarara la independencia y evite derramamientos de sangre, en clara amenaza. Torre Tagle convoca a los vecinos principales y la mayoría cede a la presión de San Martín, el obispo Carrión y Marfil se opone a la propuesta y ofrece un apoyo económico importante para fortalecer al ejército realista, pero su oferta no es aceptada, el obispo es arrestado y junto con 16 personas son evacuados de Trujillo por las autoridades que desde ese momento pasan a estar del lado de los independentistas. Esa es la razón por la que en Trujillo se proclama primero la independencia, el 29 de diciembre de 1820, pero la resistencia realista continuó. Luego de declarada la independencia en Trujillo, comenzaron las insurrecciones realistas en la sierra trujillana: Pataz, Cajabamba, pero sobre todo en Otuzco.
Aquí se encuentra la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Puerta, patrona del lugar y hasta la fecha la principal devoción mariana de toda la región, vinculada desde el inicio a la contrarrevolución (Contrarreforma) en el Perú, todo esto explica que luego, ante el nuevo ataque de la revolución independentista, Nuestra Señora de la Puerta preparase el camino para la contrarrevolución realista, pues los realistas lugareños mostraron de manera muy patente su defensa de Dios y del Rey. Sin embargo, pese a toda esta resistencia, La Libertad se convierte en el bastión principal del ejército libertador del Perú en lo económico y en lo militar.
Tan importante fue el aporte de nuestro departamento en el proceso libertador, que Simón Bolívar crea la Universidad Nacional de Trujillo en recompensa al aporte valioso de la ideología del norte en la independencia, y por el sacrificio de nuestro ejército libertador en la lucha por la fundación de la República. Este hecho fue un punto crucial para el descentralismo doctrinario en nuestro país, pues supone la creación de otro núcleo importante en el Perú; desligado de San Marcos, quien fue creada y gestionada por la curia realista.
En síntesis, este bicentenario de la proclama de independencia de Trujillo, a pesar de las penosas circunstancias por las que atravesamos, llegará cargado de retos que involucran la difusión de nuestro legado para con el Perú y el compromiso, como liberteños, de no dejar en el olvido nuestra historia y en la gestación de un cambio trascendental en todo nuestro país.
BIBLIOGRAFÍA
• Dieguez Deza, V. Trujillo en el Centenario y Bicentenario de su Independencia. Trujillo. 2020
• San Martín Baldwing, F. Trujillo Capital de la Independencia del Perú. Gráfica Rea. Trujillo. 2020
•http://fundacioneliasdetejada.org/wp-content/uploads/2019/10/FR16-P-29-42.pdf

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